El festejo no fue para menos. Por fin, luego de una larga lucha política, legal e incluso moral, en el DF es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo. “No es por el papel”, dicen algunos, “sino por el respeto de nuestros derechos”.
Jueves 4 de marzo. Desde las 10 de la mañana, en las oficinas de la Dirección General de Registro Civil, en Arcos de Belén, colonia Doctores, diecinueve parejas se dieron cinta para presentar la documentación pertinente que les permitiera contraer matrimonio; decenas de hetero y homosexuales los acompañaron.
Por la tarde, la celebración continuó en el Hemiciclo a Juárez. La reunión, desde las 5 de la tarde, giró en torno a la expresión de genuina felicidad, no sólo por los que vieron respetado su papel de ciudadanos “normales”, sino de aquellos seguros de que, ahora, la Ciudad de México está a la vanguardia.
El 21 de diciembre del año pasado, con 39 votos a favor, 20 en contra y cinco abstenciones, el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la reforma al Código Civil del Distrito Federal, que reconoce dichos matrimonios.
Janice Alva tomó la palabra. Desde la tarima, con una sonrisa -una que parece nunca perder-, comenzó a hablar con la claridad de alguien que ha decidido “nunca caminar mirando hacia abajo”. Sin titubeos, agradeció el apoyo a los distintos grupos que lucharon para que las reformas fueran aprobadas. Destacó el papel de los jóvenes.
Ema Villanueva es su pareja desde hace 6 años; y, desde hace 5, son madres de Gala. Por decisión propia asumieron su orientación sexual desde un inicio. Nunca se hicieron pasar por “primas o amigas”. No, desde el inicio “miraron de frente".
No hay evidencia de que niños criados por padres del mismo género tengan alguna desventaja frente a niños de padres heterosexuales, dijo un estudio que encabezó el sociólogo Timothy Biblarz del USC Colegio de Letras, Artes y Ciencias, y Judith Stacey de la Universidad de Nueva York.
“Se siente horrible que te digan que no”
Con un aparente nerviosismo, Lucía comenta que afortunadamente este movimiento ha generado eco en América Latina y en Estados Unidos. Además, espera que esto también trascienda a los estados del país.
¡Viva en México hacemos leyes que sirven para cien personas! ¡Qué modernos!
ResponderEliminarUn poco desatinado el comentario anterior. Pienso que es un plan malevolo del jefe de gobierno para ganar simpatizantes, pero algo bueno se puede sacar de ello. TOLERANCIA Y RESPETO es lo único que se necesita.
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