Hay una oscura neblina que juega conmigo. Viene, me asfixia, vuelve el mundo blanco y negro. Sin avisar se va. Y rio. Y salto. Todo es multicolor.
Y puedo ver las estrellas sin miedo, alcanzarlas. Efímera ilusión. Pero sonrío, me enamoro, corro. Y no paro.
Apenas leí que una mujer era tremendamente feliz. Mucho. Tenía un tumor cerebral. Yo no tengo uno.
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