martes, mayo 29, 2012

Es mi confesión

Sin darme cuenta, no paré cuando más sinuoso fue el camino. No hubo pausa cuando más lo deseé. Fueron sólo unas horas las que me quedé quieta cuando supe que no lo volvería a ver, cuando dijeron que nunca más miraría a mi mejor amigo, hermano, a la compañía de tantas aventuras, risas, llanto, aprendizaje. Sólo se fue, y yo me quedé sin sus abrazos. Y no lo comprendí. ¿Se entiende a la muerte?

Hace un año me parecía egoísta llorar, sufrir, extrañarlo. No sé por qué pero hoy lo hago, miro su foto a un lado de mi cama y lo extraño. Reconozco que nunca me ha quedado claro eso del cielo, el alma... pero no me puedo dar -por ahora- una opción diferente a creer que Él sigue aquí y que, de vez en cuando, está pendiente de mis pasos, de mis noches en soledad mirando el cielo como si no hubiera mañana, de mis caminatas sin rumbo.

Aún no entiendo muchas cosas, entre ellas la muerte, pero agradezco estar aqui para aprender. La vida me ha enamorado  y ya no la dejo pasar de largo. Ya no necesito tanta locura para saber que estoy. Disfruto andar despacito, mirar alrededor y sonreír más seguido.

Estoy en el camino que elegí. Mis miedos siguen aquí pero cuando les doy forma física, real, noto que son nada. Lo importante es estar y ya vivo con ganas de existir aquí. A la energía del universo, o como ustedes le llamen, le doy gracias constantes, por todas las sorpresas que me llegan sin pedir.

A unos días de cumplir 25 (:O), sonrío y agradezco. Estoy lista para seguir compartiendo y cambiando. A por hoy, a por el futuro.

Salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario